martes, 16 de marzo de 2010

El ruiseñor y la rosa,

Un ruiseñor trovador
cantaba de rama en rama,
sus trovas eran de amor
y su presencia galana.

Una perla de un rosal
de esos jardines de ensueño,
prendose de aquel galán
y quiso hacerle su dueño.

Y al percibir el tenor
los suspiros de la rosa,
trinaba con todo amor
en su balada amorosa.

"Rosa, reina del rosal,
de todas la más harmosa,
quisiera ser manantial
de tu fragancia amorosa.
Quisiera beber la brisa
de tus pétalos divinos,
y juntos morir sin prisa
en un arroyo escondido"

"Eres rosa, mi ilusión
eres mi sueño cautivo,
¿por qué nací ruiseñor
y no flor de tallo altivo,
para ser sombra costante
de tu brillar purpurino?"

"El gran Dios repartió dones
y erró al hacernos dispares,
soy el rey de los cantores
tu reinas en los rosales".

Pasaron días y días
el ruiseñor ronco estaba,
gastó sus trinos más bellos
en cortejar a su amada.

La rosa, siempre encendida,
perfumes al viento daba,
al sol su capullo abría,
Rosa-flor enamorada.

Y en una noche avanzada
en un remanso perdido,
bajo una luna rosada,
rodeados de mil flores,
un ruiseñor abatido
y una rosa deshojada,
flotaban soñando amores.

Y en el cielo quedó escrita
esta frase por hermosa:
"quisiera ser manantial
de tu fragancia amorosa"...

¡Sólo puede un ruiseñor
amar así a una rosa...!


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