miércoles, 30 de enero de 2019

Recuerdos




                      Recuerdo agridulce.





   Erase una vez un colega colegial, allá por mis 12 años, que a la salida del cole me citó para enseñarme el juego de los boliches. Apareció con una bolsa llena de bolas de colorines, las más preciadas de acero, y nos lanzamos suelos adelante del zaguán tratando de realizar carambolas entre ellas, a costa de ponernos rodillas y codos como el carbón.

   Mi amigo Velasco, así se llamaba, a pesar de su miopía era un figura en tal faena y yo no daba una, lo mío eran las chapas.   



   Seguramente en algún portal del cielo se habrá proclamado campeón.


Un cirtadito original




             Un cortadito original….





El abuelo, tras tomar un sorbo de café, soltó un puaffff… y sacando de su boca un tropiezo lo depositó sobre la mesa. Los concurrentes observaron la pieza con curiosidad exclamando:

  ¡Un diente…!

Todas las miradas concurrieron en Pedrito.

 El abuelo irritado le inquirió: 

 ― ¿Qué es esto niño…?

  Pedrito, colorado como un tomate, respondió:

― Lleva tres semanas debajo de mi almohada y ni ratoncito

Pérez ni madre que…  Como decís que es de leche os lo puse                                     para un cortadito…