miércoles, 26 de agosto de 2020

Puñetero verano

 

                    Puñetero verano…

 

Una jodida primavera ha sido reemplazada por un puñetero verano, para que no nos olvidemos del año 2020 en lo que nos queda de vida. Parece ser que unos juguetones de por ahí, han descubierto una mortal brisa coronada y han permitido que se extienda por todo el mundo, tal vez para hacernos olvidar las actuales carencias de todo tipo ante lo que se nos ha venido encima, que ha hecho bienvenido aquel certero dicho literario:

“Cuan presto se va el placer, como después de acabado  da dolor, como a nuestro parescer cualquiera tiempo pasado fue mejor…”. Jorge Manrique sería un acertado cronista de la actualidad.

Y nos quejábamos de que subiera el pescado, la luz, la contribución, la caña de cerveza y hasta el cortadito de cada día. Pecata minuta… Cada día nos lo pintan más negro y lo peor es que cuantas más medidas nos imponen menos caso hacemos.

Un antiguo camarada me ha llegado a decir: “Con lo bien que lo pasábamos en la mili….”

Y el IBEX muerto de risa….

VADE RETRO.

 

 

 

 

 

 

 

lunes, 3 de agosto de 2020

Amigo libro

            El libro que nos acompaña.

 

 Es un buen amigo que, a pesar de su condición

 de inanimado, es capaz de transportarte a otra

 época, a otra sociedad, sacarte de la monotonía

 diaria.

 Un libro es el resultado de que alguien con ima-

 ginación y esfuerzo y sobre todo dedicación,

 ha querido plasmar una historia, una biografía,

 bien reales o talmente imaginarias, al objeto

 de que pasemos un rato distraído con su

 lectura, sacándonos de la monotonía y en muchos

 casos proporcionarnos conocimientos que enri-

 quecen nuestra cultura. Es una pieza constructiva.

 Por ello, me puse de un humor de mil diablos,

 cuando al olvidar un ejemplar en una cafetería,

 regresé.                                                                                                                               El Un El áspero camarero sacándolo de debajo del

 mostrador, me lo devolvió diciendo:

“¡Aquí lo tiene caballero, quién demonios se

 iba a llevar un libro…!”

 

¡Qué grosería y tamaña ignorancia…!