Las terrazas de la capital.
Las terrazas de la capital son, sobre
todo en verano, como un respiro para el sufrido viandante asustado por el
anuncio, de cerca de los 40 grados, que anuncia un luminoso con la aviesa
intención de hacerte sentir más caliente aún. Porque no es que tengas calor, es que además te lo
dicen…Claro está que hay muchas clases de terrazas algunas, aprovechando un
remanso de sombra accidental, han situado unas cuantas mesas y sillas al amparo
y rápidamente se ven colmadas de clientes, los cuales cuando la ocupación
fracasa, pasan de largo lanzando
asesinas miradas a los satisfechos ocupantes, que hacen que te sientas fatal.
Otras pertenecientes a cafeterías o restaurantes de variada calidad, que cuando
la canícula aprieta invaden sin escrúpulo alguno las aceras peatonales, con la
bendición de sus respectivos ayuntamientos. Su público no suele ser el mismo
que el habitual de sus interiores en
invierno, los hay que jamás se sentarían dentro, al igual que otros no lo
harían fuera ni en Nigeria.
Es cuestión de principios….y bemoles.
Una vez gloriosamente ubicado y
disfrutado de tu cerveza te extrañas de la cuantía de lo consumido. ¡Joder que
abuso…! Consultado el camarero al respecto, te aclara:
—
¡Pero
hombre, natural…! Si jefe, en la pizarra
dice “Caña de cerveza 1 euro”, pero eso es si la toma en la barra…
Encima te llaman
paleto…
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