Clavó su mirada en la del bigotudo con decisión, se puso en jarras y le increpó con malas pulgas:
― ¿Qué…, hoy no tienes nada que reprocharme…? ¿Estás en baja forma, no se te ocurre nada…?. ¡Cariño la paella estaba aceptable…! Bueno el arroz un poquito pasado y los langostinos, al ser congelados, tenían ese saborcillo que le da el ácido bórico, pero por lo demás muy acertada… La camisa tiene una arruga en la manga e imagina si tengo que quitarme la chaqueta por ahí…Las lenguas se disparan. Mañana acudiremos a una reunión, ¡por favor, estemos a la altura correcta…! y no saques a la luz esos chismes de la tele: ¡Qué si la Esteban…Qué si la Pantoja…! No saques a colación temas tan vulgares. Las señoras finas hablan de Armani, de Christian Dior, o algo así…Y no realices demandas tontas. El otro día cuando la Sra. de Guzman pidió un capuchino italiano en el café, dijiste que preferías un costalero de Valladolid…Cuando te pones fina, la cagas… Es muy importante mostrar clase…
(El bigotudo ni se inmutaba…)
―¡Clase…, clase… La clase de cursi redomado que eres tú, exigente, dictador! Si ya me lo decía mi madre…, tu marido es tonto del culo, ¡y yo que te hacía caso porque me tenía dominada el hoyito de tu mentón…!
―¡Pero se acabó…! ― dijo reafirmándose en su postura de verdulera
―¡Ahora me vas a oír… si puedes, que lo dudo! ¡Sabes lo que es esto!― voceó haciéndole un ostentoso corte de manga ―¡pues esto es que te voy a poner los puntos sobre las íes…!
La escarpia no aguantó más, abandonó la pared de repente y permitió que el cuadro se hiciese mil pedazos contra el suelo.
( El bigotudo como si tal…)
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