Cosas que pasan…
Iba ensimismado por la acera de una céntrica calle, cuando comenzó a chispear. Dado que no iba provisto de paraguas alguno, me ceñí a la derecha para protegerme con los balcones de los edificios y puse proa al café más cercano. Como es de rigor mis oponentes en sentido circulatorio me permitían conservar la derecha, hasta que de pronto un señor calvo y con cara de mala leche se pegó a la pared invadiendo mi camino. La lluvia arreciaba y no era cuestión de exponerme al bautizo, por lo que yo también me frené en seco y quedamos frente a frente.
.- Usted perdone pero voy por mi derecha y tengo prisa.
Hice ademán de quitármelo del paso, pero puso el brazo impidiéndomelo.
.- Yo seg inglés y en mi país se guespeta la izquierda.
.- Pues me parce muy bien, pero esto es España y aquí no vale, pero como le veo en plan turista y en cierto modo vivimos de eso, le voy a dejar pasar.
.- Muy amable, -se retiró el sombrero con solemnidad y me tendió la mano- me llamo Mr John Smith y soy de Liverpool.
Correspondí a su presentación:
.- García González, José, para servirle y soy de Albacete.
.- Teneg apellidos muy clásicos españoles, -dijo esbozando una sonrisa cojonera en su rostro semi-pelirrojo-
.- Pues anda que los suyos, parecen noruegos…
.- Ya presentados podríamos tomar un café aquí al lado, no suelo alternar con desconocidos, ya sabe que somos muy cabezudos…
.- De acuerdo pero pagaré yo, está usted en mi tierra.
Penetramos en el establecimiento, yo pedí un cortado, leche y leche, y él un expreso.
El camarero me miró con cara de interrogación y le aclaré:
.- Tú pónselo aguado…
.- O sea que de Liverpool, como los Beatles…
.- Y usted de Albacete, como el señor Bono…
(¡Atiza…, lo conoce!, ¿a qué también tiene un piso allí…?)
.- Ustedes los españoles son raros, me invita a café y antes no me dejaba la derecha.
.- Mire, es cuestión de principios. Cada cosa en su sitio. ¿Se imagina usted la que yo armaría conduciendo por la derecha en su tierra…?
.- La ley inglesa caería sobre usted sin piedad…
.- Ve usted…, y yo sin embargo le invito a café.
Tras un regular diálogo, el turista apuró su café, agradeció la invitación y despidiéndose enfiló la salida.
.- Ya sabe amigo, aquí por la derechita…
Antes de llegar a la puerta se volvió y me hizo un corte de manga.
Eso si, con la derecha…¡qué jodío…!
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Muy bueno, José Luis.
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