Suplicada y Subrayada.
Aquí
tenemos dos “adas” que tienen para mi sus recuerdos. Tiempo ha, pero mucho ha, hice cola en la venta de sellos de
Correos y Telégrafos de mi pueblo y al retirarme de la ventanilla para pegarlos
en sus sobres correspondientes, una señora mayor me pidió que escribiera con
mayúsculas “SUPLICADA” en un sobre que me tendió. Yo, que ignoraba
este procedimiento, le ofrecí un sello al efecto pero lo rechazó diciéndome: “no
hace falta, con esto llega…” Estoy hablando de los años cincuenta y tantos,
claro está que no andábamos muy boyantes. El caso es que yo , recordando aquello
y pasados algunos años, ensayé la maniobra. Y funcionó…, la carta llegó a su
destino. No sé qué pasaría en la época actual pero me imagino la cara del
sellador de aquellos tiempos al ver que
no había sello alguno, se diría: “pobre hombre o mujer…” y, con una sonrisa,
sin más la pasaría por alto, estampando el sello correspondiente. Hoy en día,
¿haría lo mismo…? No sé…
El otro “ada”, subrayada, tiene otra miga.
Sobre las 15 ó 16 años yo solía ir
los domingos al futbol, a ver a mi Madrid y lo hacía en compañía de algunos
amigos, pero un día Iba a llegar un poco más tarde, como mis amigos eran los
que sacaban las entradas me dijeron: “tu entrada se la dejamos al portero de la
puerta 31, pregunta por Manolo…”
Total que llegué con 15 minutos de retraso y
el tal Manolo me entregó un sobre
que anunciaba “para entregar a José Luis Guijarro “. Pero sin subrayar el
nombre, aquello me mosqueó…Yo cuando envío algo a alguien subrayo con firmeza
el nombre del destinatario. que no quepan dudas. Más que mosca, contemplé el
espectáculo y a su término increpé al remitente del sobre…, por la ausencia de
la rayita.
Claro…,
aquella tarde perdió el Madrid….
J.L.G.R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario