Las camas de antaño.
Desde luego eran muy superiores a
las camas de hogaño.
Sobre todo aquellas
dotadas de dosel y cortinillas anti mosquitos. Eran de señorial apariencia y el
hecho de anunciar que nos íbamos a la cama denotaba algo así como un viaje
hacia la comodidad, hacia la laxitud…
Bien es verdad que dada su
envergadura no podían instalarse en cualquier parte, precisaban de un
local al efecto que llamaban alcoba, palabra de entidad superior a cualquier
habitación, ya que era destinada a dormir,....bueno, principalmente. Que
recuerde, en un viaje de bodas a Segovia y en una casa seglar, nos facilitaron
una habitación dotada de una cama de doble colchón de lana, de esos que te hundías
profundamente, y que no te atrevías a moverte no se fuera a romper algo…Para
colmo era invierno y el viento aullaba a su paso por las persianas casi toda la
noche, caímos en tal sopor que dormimos 10 horas seguidas y a la mañana
siguiente salimos zumbando hacia la costa….
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