lunes, 21 de abril de 2014

VISIÓN

Visión.

Me he detenido en la sexta planta, abandonando la escalera mecánica.
Acababa de salir del Aula Cultural del C.I. tras finalizar la sesión del día y retornaba a mis lares con cierta premura, pero me he cruzado en la escalera con alguien que era clavadito yo mismo, incluso portaba un libro en la mano, como suelo hacer. Me quedé sorprendido, comprobé que yo ahora no llevaba nada. Reaccioné rapidamente y volví al Aula, allí descubrí el libro, justo donde yo había estado sentado. Lo tomé emprendiendo nuevamente el descenso. Mi doble había desaparecido.

Es que antes no había salido del todo....

jueves, 10 de abril de 2014

El placer de no hacer nada...

He aquí una expresión que nunca he podido comprender, ¿ cómo puede uno/a , sentir placer por no dar un palo al agua?. Entiéndase de provecho.
.- ¿Cuánto tiempo sin verte, a qué te dedicas ?...
.- Pues a nada, no hago absolutamente nada.
Siguiendo la conversación me explica que ya está bien de madrugones, de estudiar como si uno fuera a escribir una enciclopedia, de trabajos ingratos, de intentar tener más poder adquisitivo, cuando en realidad si más tienes, más quieres, de sinsabores, etc… Ya es hora de pasar factura y dedicarse a eso, a no hacer nada.
Bueno, las afirmaciones contundentes nunca fueron para mi plato de buen gusto, comprendo en parte su postura pero discrepo.
Una vez me contaron que un antiguo domador de animales retirado, hacía en ocasiones que sus decrépitos perros saltasen a través de unos aros, en posición que requería poco esfuerzo. Día tras día les hacía practicar su antiguo ejercicio, en condiciones mucho más sencillas, y a su término les premiaba con alguna golosina.
Preguntado por esta ya inútil práctica, respondió.
.- Yo hago ver a mis perros que aún les necesito y ellos que lo comprenden se sienten orgullosos de seguir siendo útiles para su amo, de esta forma evito caigan en la abulia y prolongo su vida. ¿Ha observado usted el último, que a veces se trastabilla un poco…?. Pues bien, es que además se está quedando ciego.
Ante la contundente y edificante argumentación de esta narración, quedé para siempre convencido de que la actividad es muy importante, lo es hasta para los canes.

Bien es verdad que ya las obligaciones han pasado a segundo término, pero hay muchísimas cosas que a lo mejor no pudimos o supimos hacer en su momento y ahora es la ocasión, se trata de convencer a sujetos como el descrito en primer lugar y aunque no sea del todo cierto decirle:
.- Pues mira a mi no me da tiempo a nada. Entre lecturas variadas, escribir alguna cosa, acudir a menear el esqueleto por ahí, asistir a conferencias, visitar a algún amigo y desafiar al maldito ordenador, que siempre me da una paliza al ajedrez, no paro.

Hay que rechazar con rotundidad el epígrafe expuesto y no tener una actitud inferior a los perros del domador, pues algo de utilidad haremos donde menos se piense.