domingo, 22 de septiembre de 2013

Al poeta Natera Mayor

     
Poeta de sal y yodo,

ya viajero a tu pesar,

¿en qué marisma te alojas

para volverte a escuchar...?


20-09-2013.  J.L.G.R.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Una experiencia viajera.


  Resulta, que tal vez motivado por mi anterior relato, decidí conocer Valladolid, en la que solo estuve
una vez casi de paso.
   En cosa de una hora, el cómodo ferrocarril me trasladó desde la estación de Chamartín a la de Campo Grande en tierra pucelana. Quedé gratamente sorprendido por la cercanía al centro de la ciudad, su modernidad y la belleza de su Plaza Mayor. Valladolid es para patearla a gusto, tiene entre otras cosas un Museo Nacional de Escultura que quita el hipo y en sus mesones se cocina un cordero inigualable.
   Como era de preveer, no me topé con doña Matilde, a la que supongo entre rejas tras el estropicio cometido con su marido y gato respectivos, y me preguntaba que opinarían los mininos del suceso acaecido
a su congénere. Pero ante mi estupor, no encontré un gato por parte alguna. Me dije si estarían atemorizados o en cuarentena por el suceso. Nada..., que no aparecía ni uno. No pudiendo reprimirme, comenté con el camarero si habían gatos en la ciudad, pues no veía ninguno. El interpelado me miró con cara extraña y me contestó secamente: "Pues haberlos, seguramente haílos..., pero yo le recomendaría pedir
lechazo..."
  Ni que decir tiene que se me subieron los colores a tope.. En cuanto al Pisuerga, que pasa por allí, he de constatar que es un hermoso río con frondosas riberas y un bello parque adosado.

  En resumen que Valladolid es una bonita ciudad, históricamente rica, que merece ser visitada créanme.
  Además sus oriundos gozan de una dicción envidiable de la lengua castellana. Debe de ser por el Pisuerga.
  (más, no...)