Las Palmeras
del Veril.
(Final del Verano)
Estoy observando
con admiración desde el balcón del apartamento del conjunto del Veril a ese
Atlántico que nos rodea y bendice.
En la vista se
interponen unas cuantas palmeras espigadas, altas y señoriales que se empinan
hacia el cielo como apuestos centinelas con sus tocados verdes. Unos centinelas
que siempre están de servicio y que parecen decir al cielo: “Aquí estamos de
guardia permanente protegiendo una isla que, aunque llora por la pandemia
general de la tierra, se siente protegida por los vientos amigos, esos alisios
que baten nuestros miembros con frecuencia, alegrando nuestra existencia en
estos páramos.”
Lástima que la pandemia
actual sea un borrón en nuestro devenir y lo que es peor, que no veamos la
forma de evitarla y dejar que todo quede en un mal sueño. Aboguemos por que los
técnicos encuentren una vacuna y todo quede en eso:
En un mal sueño….
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