lunes, 25 de junio de 2012
La palabra más hermosa.
Muchas veces me he preguntado cual puede ser la palabra más hermosa.
Tras abrir el diccionario por sitios muy variados y anotar más de cincuenta, que me han parecido bonitas y bien sonantes, procedí a una selección y las reduje a doce. Al llegar a este número no pude seleccionar una, todas me parecían bellas, era inútil seguir. Dejé para otra ocasión el tema.
Como hago habitualmente me dirigí a mi cafetería mañanera, a disfrutar del aroma y sabor del producto de marras mientras repaso la prensa. Mi camarera favorita, en realidad favoritas son todas, ha depositado la taza de la que emana el exquisito aroma sobre la mesa, a la par que me ha dado los buenos días. He correspondido, como siempre, a su disposición con mi agradecimiento y una sonrisa, que ha producido en ella un gesto amable.
Al disolver al azucar mediante reposados giros con la cucharilla, de pronto he repasado mi contestación. He pronunciado: Muchas gracias, ahí está..., esa es la gran palabra, gracias, una palabra sencilla, afectuosa, que pronunciamos muchas veces al cabo del día. Gracias, cuando nos ceden el paso, cuando nos preguntan por la familia, por la salud, cuando nos sirven, cuando nos ayudan...Incluso si tenemos una noticia buena decimos Gracias a Dios. Se pronuncia infinidad de veces diariamente, indica aproximación, reconocimiento, afecto y quien la recibe se siente reconocido, cumplimentado, satisfecho. Digamos pues, en cuanto tengamos ocasión, gracias. Nos sentiremos mejor y seguro que el mundo se nos hará más agradable.
José Luis Guijarro Rios.
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