Peatones algo
raros….
Es domingo,
caluroso como casi todos los días, este verano del año, que no de gracia, 21
nos trae fritos. Entre el calor, la panza de burro y los disfraces nos tiene
contentos. Salgo de mañana tardía a la calle, y ha de ser algo tardía para que
no se me alargue el paseo demasiado, no por no desearlo sino por no tener
facultades para sobrellevarlo, tres horas a lo sumo y va que chuta…Me he
cruzado con un enmascarado de pico blanco que me ha deseado un buen día con
toda cordialidad, la verdad no sé quien era, pero le he correspondido con una especie de ruido emergente desde mi
bozal, tapabocas, mascarilla o como quiera llamársele, que utilizamos por prescripción gubernativa siempre que tengamos
próximo algún semejante aunque sea de buena familia. Unos pasos más adelante me
he topado casi con doña Dolores, digo yo que sería…, me extrañó el acentuado
color rubio de su pelo para su edad, portaba una careta tornasolada con
estrellitas la muy coqueta y cojeaba ligeramente, me pareció algo más alta…, bueno
a lo mejor no se trataba de la citada ya que la semana pasada ni era rubia ni
cojeaba, sea quien fuera recibió mi gesto tipo saludo pseudomilitar y mi
sonrisa agradecida, si es que se me veía algo tras la mordaza…
Al camarero del bar sí que le identifiqué enseguida por su
especie de coletilla torera con que se adorna, claro está que tuve que esperar
a que se volviera de espaldas y así sucesivamente me sucedía con todo bípedo
que me cruzaba. Al fin localicé mi mesa del café, saqué el crucigrama y cambié
de tema dedicando la imaginación a otro menester.
Pensándolo bien esta ocupación de adivinanzas es bastante
divertida, lo que me mosquea una poco es que la mirada de los caninos me parece
un poco de cachondeo….