Este mes de Enero he penetrado en el Parque del Retiro, desafiando el frío reinante, por la puerta de la Reina María de las Mercedes, como lo hacía apenas hace unos años, en 1942 aproximadamente..... Apenas 30 metros y hacía la izquierda he localizado el banco, o su sustituto, donde mi madre me conducía tras recogerme del Colegio y depositaba mi merienda (pan y chocolate casi siempre) desplegando a su vez su interminable labor de punto.
Yo intentaba participar en un peloteo que a veces se celebraba en una pequeña explanada, en ocasiones tenía que ceder mi chocolate al dueño de la pelota para obtener su aquiescencia, y si no había acuerdo mi madre me invitaba a repasar un cuento de Roberto Alcazar y Pedrín que traía al efecto preparado. Fruto de aquellas labores maternas fueron la legión de bufandas de mi propiedad que alternaba en aquellos duros inviernos madrileños, fue lo único positivo de aquellas jornadas porque en el futbol mis progresos fueron mas bien escasos.
Pero yo recuerdo aquellas tardes con un nostalgia cariñosa y entrañable.