NOCHE DE REYES.
He presenciado en la tarde-noche de reyes el desfile de los Reyes Magos y como en tantos otros
me he emocionado. He visto como a pesar del frío reinante las miradas de los niños se clavaban
en las egregias figuras, como lagrimeaban nerviosos al observar su desfile, sus gestos. Como desde
sus carrozas arrojaban caramelos y les enviaban besos, anunciándoles el envio de juguetes, millones
de juguetes y regalos. Solo les piden que se porten bien, que sigan los consejos de sus mayores.
Fuegos festivos culminan este gran paseo de la ilusión, en esta, como en muchas ciudades, se abre
una noche de inquietud, de desasosiego para los niños a los que les costará coger el sueño.
También he recordado a aquellos otros que no tienen ni esta noche, ni nada, que carecen de lo
más elemental y me he sentido encoger el corazón. Ojalá que cada año existan un número menor de
esos pobres niños y que llegue un día en que todos, absolutamente todos tengan una vida aceptable
y disfruten de la noche de reyes al igual que los presentes en este acto.
Alguien dice que esta es la gran mentira. Bendita mentira que emociona a los pequeños y,¿por qué
no...?, hace que los mayores la vivamos con la mayor de las ilusiones.
Madrid 5 de Enero.
viernes, 10 de enero de 2014
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